Estar listo para aclarar las interrogantes que surjan a los lectores

Una inteligente e incisiva lectora, refiriéndose a la experiencia pincelada en los cuentos del fantasma que pretendía mojarse los pies (1,2), ha preguntado si los eventos han sido una casualidad o una causalidad. Tratando de responderle, mi cabeza ha llegado hasta un verdadero embrollo. Veamos si con este cuento logro aclararme y resolver satisfactoriamente su interrogante.
 
Si nos imaginamos como máquinas esclavizadas por las leyes físicas en cuyas experiencias la consciencia no tiene injerencia alguna, entonces yo sería, de acuerdo con los cuentos relatados, tan sólo un mecanismo capaz de detectar coincidencias en mi historia. Sería un aparato con la inclinación a forzar la ocurrencia de las casualidades en el caso de que éstas no surgieran por sí solas. Entonces a los ojos de un observador externo que mirara la playa desde el mismo edificio: el fantasma y yo habríamos sido una casualidad. Y al mismo tiempo, desde mi punto de vista, al haber yo forzado el segundo evento la experiencia habría sido una causalidad; pues es así como se supone que deba comportarme.
 
Si nos imaginamos como seres con consciencia capaces de torcer las leyes físicas, entonces yo sería a los ojos de un observador externo, como sería por ejemplo un lector de los cuentos, responsable único de la ocurrencia del segundo de los eventos y entonces la experiencia no habría sido ni una casualidad ni tampoco una causalidad. En cambio serían a mis ojos una causalidad al haber imitado el paseo del fantasma en la misma ruta, con la misma cadencia y la misma indumentaria, en fecha diferente. Aunque también serían una casualidad al haber ocurrido dos desenlaces diferentes aún habiendo seguido el mismo proceso. (Explico con un ejemplo la última proposición: si lanzo un dado sobre la mesa dos veces con la intención de obtener el mismo número en la cara superior, será una casualidad si el dado queda inmóvil sobre una de sus aristas en cualquiera de las ocasiones.)
 
Concluyendo: la experiencia es tanto relativa al observador como lo es para la suposición inicial que hagamos de la consciencia. Y no existe por tanto una respuesta absoluta para la interrogante de casualidad-o-causalidad. Por lo menos no existe en la experiencia relatada por los cuentos del fantasma.


(1) Atar los cabos de la narración
(2) Aún más casualidades - episodio tercero