Ahorrar árboles o cómo adquirir un libro electrónico

Igual que mi madre soy miembro de una generación anterior a la revolución informática. Como ella, cuando leo, me agrada la sensación del libro en las manos. Pasar las hojas una a una, subrayar frases, hacer anotaciones al margen, buscar un punto donde interrumpir la lectura y colocar el separador antes de cerrarlo. Cuando adquiero un libro y antes de iniciar su lectura me gusta oler el papel, abanicarme pasando las hojas rápidamente, sopesarlo y mirar el tamaño de las letras para estimar cuántas semanas me tomará su lectura. Mas vivimos ahora la post-revolución informática. Otras prioridades han usurpado nuestras vidas. Ahorrar árboles y cuidar el ambiente es una de ellas. Debemos todos hacernos a la idea de que estas responsabilidades son de grandísima relevancia si no queremos acabar pagando también por aire embotellado. Así que a pesar de mis preferencias he hecho un esfuerzo por publicar mis libros de manera electrónica. La revolución informática nos ha acarreado muchos beneficios; entre ellos, cada vez menos árboles serán convertidos en papel. Ya se miran muchachos en los transportes públicos leyendo de sus dispositivos. Aún la mayoría lo hace para conocer las novedades que atañen a sus amigos, pero muy pronto será también para leer libros. Con los avances de la tecnología, en la palma de la mano caben no uno sino veinte libros por lo menos.

 

En la época medieval enviar una carta de París a Lyon costaba una gran cantidad de monedas de plata y tomaba varios días, pues era necesario cubrir los honorarios y viáticos del mensajero que recorría a caballo ida y vuelta el trayecto. Ahora enviar un mensaje por cualquiera de los servicios disponibles en un teléfono celular es baratísimo y no toma más que unos segundos. Y no solamente es posible enviarlos desde París hasta Lyon, sino desde México hasta Madrid. Así que, nos guste o no, muy pronto sólo las bibliotecas tendrán libros empastados. Y muy pronto, nos guste o no, tendremos que adquirir los libros en versión electrónica y no en papel. Adquirir cualquiera de mis libros en Amazon cuesta veinte y algo de dólares, pero hacer que llegue hasta nosotros toma otra cantidad igual o mayor de dinero y una o más semanas para la entrega. En cambio en versión electrónica cuesta la vigésima parte y podemos iniciar la lectura inmediatamente después de que hayamos finalizado la descarga de pocos minutos. Si se desea tener acceso a mis libros ya no es necesario llamar a la librería para preguntar si cuentan con algunos tomos en el inventario; solo se precisa ingresar en amazon.com y escribir cortesramondx en el renglón de búsqueda; o ingresar en cualquier navegador de internet como google, yahoo o bing y escribir igualmente cortesramondx.

 

Crear una cuenta en una tienda de internet como Amazon o Ebay es tan sencillo como abrir un buzón de correo electrónico. No es necesario ingresar los datos de la tarjeta bancaria, sino hasta el momento de realizar la primera compra. Las tiendas en internet ya no conservan en sus bases de datos la información sensible de los instrumentos de pago y refuerzan sus servidores con cada vez más elaborados mecanismos corta-fuegos. Descargar e instalar el programa o aplicación de lectura es gratuito, muy sencillo y se realiza igualmente desde internet.