La estructura literaria o cómo ordenar a los duendes de la trama

 

Y cuando los duendes de la trama ya ronden nuestra cabeza, cuando las ideas de una historia se agolpen en la imaginación exigiendo ser publicadas, ese será el momento oportuno para elegir la estructura literaria o manera en que deba ser presentada nuestra obra. Diferentes estructuras han utilizado los autores literarios en la historia y seguramente tales formas ya han sido clasificadas y bautizadas por los académicos. No soy persona de academia y no pretendo con estos párrafos rivalizar con su trabajo; mis conocimientos provienen, empíricamente, de los libros leídos en mi infancia y mi adolescencia y de las orientaciones que me han dispensado autores como mi padre y mi yerno; así que las definiciones a continuación deben ser tomadas, al igual que el resto de mis ideas, sin ningún rigor. Mi deseo es solamente expresar una sencilla orientación para el nuevo escribiente.

 

Es oportuno elegir la estructura antes de mojar en el tintero, por primera vez, la pluma. Yo entiendo por estructura literaria la forma en que será presentada la historia. Si el tiempo del relato será en presente o en pasado. Si tendrá varias partes, si las partes tendrán capítulos. Si se contará una única historia o serán varias ligadas por el tiempo, el lugar, algún evento o escenario compartido; si la narración alternará entre las historias o se contará primero una y luego otra. Si será contada por un narrador omnipresente o por alguno de los personajes. Si será relatada en primera persona, en segunda, en tercera; en plural, en singular; o si se utilizará alguna ingeniosa combinación.

 

La estructura literaria más sencilla y directa, yo la llamo "rectilínea", es la cronología lineal; es decir, contar la historia como un evento detrás de otro desde la introducción, pasando por el desarrollo hasta el desenlace.  Esta estructura es adecuada en reportes técnicos, documentos legales, cuentos cortos o novelas muy complejas donde la claridad del texto es predominante sobre su hermosura. Una estructura más elaborada es el "peine"; consiste en una historia principal con episodios cortos que no necesariamente están relacionados entre sí. Ejemplos de peines son la mayoría de las series televisadas donde un grupo de personajes desarrollan una historia mientras resuelven en cada capítulo algún asunto detectivesco, romántico o de intriga. Esta estructura es conveniente cuando el autor requiere de otras personalidades o escenarios para expresar las ideas que apuntalan la historia principal. Utilicé esta segunda estructura en la novela Un mismo cuerpo. Cuando se utilice esta estructura, téngase muy presente que un peine sigue peinando si le falta un diente, pero no peina igual de bien si le faltan varios. Otra estructura que yo utilizo mucho es la "trenza", como yo la llamo. Esta consiste en dos o más historias que se entrelazan una con la otra hasta fundirse, al final de la novela, en una sola conclusión. Al utilizar esta estructura habrá de tenerse en cuenta que no hay mejor trenza que la tejida con dedicación y paciencia. Ejemplo de trenza son mis novelas Camino a la redención y Cápsula de tiempo. La tercera estructura que mencionaré es el "prisma". Esta es una historia narrada desde puntos de vista diferentes. En un prisma, el escritor debe plantear la narración como el relato de varios personajes, cada uno expresando su punto de vista sobre lo sucedido con énfasis, lenguaje y enfoque particulares. El carretero de la muerte de Selma Lagerlöf y Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez son ejemplos de estructuras prismas. El "anillo" es una estructura de una historia que termina donde empieza. Ejemplo de anillo es mi novela El cazador de rayos. Si un anillo has de hacer no lo hagas muy apretado. Yo llamo estructura "vínculo" cuando en la novela existen varias historias en diferentes tiempos ligadas entre sí por algún acontecimiento u objeto icónico. Ejemplos de estructuras vínculo son Estudio en Escarlata de Arthur Conan Doyle y mi novela El caballero de las dos espadas.

 

Seguramente existen o pueden ser ideadas más estructuras. En la práctica los escritores utilizan en sus novelas combinaciones ingeniosas y amenas de estas que he mencionado. ¿Cuál de ellas será la más atinada elegir para contar nuestra trama? Aunque lo parezca, esta pregunta no es tan difícil de responder. Yo dejo que los duendes en mi cabeza se ordenen por sí solos.